jueves, 25 de febrero de 2010

Internet en Cuba: el blog de Yoani Sánchez y la disidencia "virtual" de la dictadura castrista

Hace apenas unas horas medio mundo ha tenido noticia de la muerte de Orlando Zapata, disidente cubano encarcelado y que había mantenido una huelga de hambre durante 85 días. El delito de Zapata es el delito de todas las víctimas de las dictaduras de todas las orientaciones y de todas las épocas: expresar su opinión contraria al régimen político de su país. La conmoción de la noticia nos ha permitido reencontrarnos con la situación de violación sistemáticas de los derechos humanos en Cuba, situación lamentablemente común aún en demasiados países.

Desde Historia_a_por_Todas, en cambio, vamos a reparar especialmente en una situación, denominémosla de singular, vinculada al acceso y uso de la Red. Igual que ya hablamos de las restricciones al acceso a Internet en China, hoy nos ocupamos de las que sufren los cubanos en la isla, donde el medio es prácticamente inaccesible para la casi totalidad de la población por razones de control político. Y en medio de este escenario de represión, Internet también actúa como portavoz y protección de disidentes. Entre este caso, destacamos el de Yoani Sánchez, filóloga y periodista cubana, mundialmente conocida por su blog Generación Y. Resulta sorprendente que, precisamente la popularidad de su labor en la Red, haya llevado al régimen a “tolerar” que publique su blog, blog que curiosamente está censurado en Cuba. Yoani Sánchez ha sido una de los opositores detenidos durante horas para que no pudieran acompañar a la familia de Orlando Zapata en su entierro, casi clandestino y bajo estricto control policial. Gracias a Twitter nos informa de que ya ha sido liberada, liberada y condenada a seguir, proscrita, en su propio país. Y extraordinario el testimonio que a través de su canal en youtube nos dejó hace apenas unos meses de las causas que le impidieron ir a recoger el Premio de periodismo María Moors Cabot.


En un día como hoy, ahora más que nunca, nos cabe reflexionar sobre el valor inestimable de los derechos humanos y la libertad, y de cómo estos bienes, preciosos, lamentablemente, son aún patrimonio de una minoría de la población mundial.

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