viernes, 29 de enero de 2010

De la dimisión de Suárez como Presidente del Gobierno; y de "Adolfo Suárez, el Presidente"



La Historia de todos los países, pueblos y naciones tienen hechos singulares por inexplicados. La Transición Española a la democracia también los tiene en el ámbito político y, de entre éstos, destaca tal vez uno: de las razones "reales" que llevaron a Adolfo Suárez a presentar su dimisión como Presidente del Gobierno en enero de 1981.

Las circunstancias históricas son bastante conocidas. En medio de una profunda crisis económica y especialmente política -ataques terroristas de ETA, crisis política en el partido entonces gobernante (UCD) y "ruido de sables" (propuestas e iniciativas de intervención política del Ejército)-, Adolfo Suárez sorprende al país con una locución televisiva en la que comunica al país su decisión de dejar la Presidencia del Gobierno. La intervención, uno de los documentos audiovisuales más interesantes desde el ámbito de la investigación histórica sobre el periodo, incorpora frases como éstas:

"Hay encrucijadas tanto en nuestra propia vida personal como en la historia de los pueblos en las que uno debe preguntarse, serena y objetivamente, si presta un mejor servicio a la colectividad permaneciendo en su puesto o renunciando a él".

"Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España".

"En las actuales circunstancias, mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia en la Presidencia".

"No me voy por cansancio. No me voy porque haya sufrido un revés superior a mi capacidad de encaje. No me voy por temor al futuro. Me voy porque ya las palabras parecen no ser suficientes y es preciso demostrar con hechos lo que somos y lo que queremos".

"Querría transmitirles mi sentimiento de que sigue habiendo muchas razones para conservar la fe, para mantenerse firmes y confiar en nosotros los españoles. Lo digo con el ansia de quien quiere conservar la fuerza necesaria para fortalecer en todos sus corazones la idea de la unidad de España, la voluntad de fortalecer las instituciones democráticas y la necesidad de prestar un mayor respeto a las personas y la legitimidad de los poderes públicos".

Interpretaciones, muchas. Apenas cuatro semanas después, un grupo de militares encabezado por Milan del Bosch, Armada y Tejero, intentaron, sin éxito, un golpe militar: el 23-F. No resulta, en principio difícil, fijar relaciones de entre ambos hechos, pero el principal protagonista de su propia dimisión, Adolfo Suárez, negó siempre que él tuviese conocimiento de esos hechos cuando tomó la decisión de dejar el Gobierno, pero ha sido comúnmente aceptada la influencia que en tal decisión tuvieron poderes fácticos del momento. Su hijo, Adolfo Suárez Illana, en un artículo periodístico reciente, apoyaba la versión que en su momento dio el padre.



Este hecho histórico es el punto de arranque de la serie "Adolfo Suárez, el presidente" que estos días emite Antena 3 en estreno para televisión. Más allá de las críticas que ha merecido y la dificultad intrínseca de aproximarse con rigor desde la ficción televisiva a unos hechos de naturaleza, en parte pública y conocida, en parte privados, no deja por ello de resultar interesante el ver esta producción como un elemento o herramienta de aproximación a la figura de uno de los grandes protagonistas políticos de la Historia española más reciente.

1 comentario:

Jaume dijo...

Mucha gente o no estuvo entonces o no se acuerda. El acoso contra Suarez fue brutal y no se bien como aguanto tanto.