martes, 6 de enero de 2009

Misterios de la Historia del siglo XX: el asesinato del archiduque Francisco Fernando


En clase nos vamos a adentrar en el estudio de dos temas realmente interesantísimos: la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. Del primero tenemos ya algún conocimiento durante el curso, del segundo, apenas. Y precisamente, cuando nos vamos a enfrentar ya al estudio de la Primera Guerra Mundial, descubrimos que un misterio de la Historia se cierne sobre su inicio: un magnicidio.

Éstos son los hechos. Día: 28 de junio de 1914. Lugar: Sarajevo. La víctima: el archiduque Francisco Fernando, el heredero del trono de Austria-Hungría. El presunto asesino: Gavril Princip, un muchacho de 19 años. El atentado mortal estuvo precedido de otro, horas antes. La determinación o testarudez del archiduque de seguir con la visita programada fue determinante para el desenlace, al final, catastrófico para Europa.

El asesinado. Llega a la condición de heredero casi de forma muy accidental. Su primo, el entonces príncipe heredero, Rodolfo, se suicidó, por lo que la sucesión en el trono de Francisco José de Habsburgo, el emperador, sin descendencia directa, pasó, primero por el padre de Francisco Fernando, el Archiduque Carlos Luis, y fallecido éste, el heredero pasa a ser el mismo. Una vida, la suya, la de su familia, falonada de otras situaciones desgraciadas, como la muerte manos de un terrorista anarquista de la mujer del emperador Francisco José, Isabel de Baviera, más conocida como Sissi.


El asesino. Un Estudiante nacionalista serbio de sólo 19 años. Miembro de la asociación Joven Bosnia, controlada por la Mano Negra, aspiraba a la anexión de Bosnia por Serbia. No era el único dispuesto a asesinar ese día al archiduque Francisco Fernando. Junto a él, otros dos compañeros. Está demostrado que la Mano Negra participó en la conspiración pero que más bien el Gobierno de Serbia, en ese momento, lo que pretendía era atemperar a los nacionalistas de su nacionalidad en Bosnia pues no quería llevar la crisis política, tras las dos Guerras Balcánicas, a un conflicto directo con Austria-Hungría. El asesino, Gavril Princip, intentó suicidarse nada más cometer el magnicidio con una cápsula de cianuro, pero no logró su fin. Al ser menor de edad –límite de mayoría de edad situado entonces en 20 años- evitó la aplicación de la pena de muerte, pero no así la cadena perpetua. Murió, de tuberculosis, pocos años después.


Las víctimas: millones. Austria-Hungría culpó del magnicidio a Serbia, e impuso una condición imposible que justificó finalmente el inicio del conflicto. Y después ya entró en juego el diabólico sistema de alianzas previas: la Triple Alianza, la Triple Entente… El magnicidio de Sarajevo fue la mecha que encendió polvorín, pero no fue la pólvora. Éste es un ejemplo de cómo, en Historia, hemos de distinguir entre causas o circunstancias inmediatas o desencadenantes, y causas profundas, las que realmente hacen mover las ruedas del carro de la Historia, del siglo XX también.

Aprovechamos la ocasión para recordar a nuestros estudiantes que falta muy poco, no sólo para el regreso de las vacaciones, sino para la realización de la tarea que nos habíamos encomendado en la última semana del primer trimestre: la participación en el foro, más concretamente en el debate Me hubiese gustado estar en…

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