martes, 23 de diciembre de 2008

Misterios de la Historia del siglo XX: la muerte de Juan Pablo I


El 29 de septiembre de 1978 fallecía en el Vaticano el papa Juan Pablo I (Albino Luciani). Fue, hasta fecha actual, el último de una larguísima serie ininterrumpida de pontífices romanos de nacionalidad italiana que se inicia en el siglo XVI. Ni su sucesor Juan Pablo II, polaco, ni el actual, Benedicto XVI, alemán, son italianos.


La muerte del papa Luciani acaeció apenas unos días después de su designación por el cónclave de cardenales convocado a la muerte de Pablo VI para nombrar sucesor. Su designación fue un poco sorprendente y en el apenas mes en el que ocupó el pontificado, se especuló sobre la posibilidad de que hubiese conocido datos sobre la implicación de algunos altos miembros de la jerarquía eclesiástica en escándalos financieros, particularmente los manejos del cardenal Marcinkus, máximo responsable del denominado Banco Vaticano, y su implicación en el escándalo del Banco Ambrosiano. El propio Luciani, siendo Patriarca de Venecia, aprobó una operación de venta del banco católico regional del Véneto al Banco Ambrosiano.


Más allá de las especulaciones sobre estas extrañas circunstancias de trasfondo financiero, lo cierto es que el Vaticano no se caracterizó por informar detalladamente del deceso del Papa. La versión oficial fue pronto puesta en contradicción por testigos cualificados. Lo cierto es que la muerte de Juan Pablo I dio paso a la elección del cardenal Woytila, entonces arzobispo de Cracovia (Polonia), como papa: Juan Pablo II. Se abrió así una etapa nueva más más combativa en el ámbito ideológico de la Iglesia Católica en su relación con los estados de la órbita soviética, de donde procedía el Papa, y donde los católicos vivían una situación muy marcada de persecución religiosa.

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