jueves, 5 de junio de 2008

Repaso de contenidos y errores: La Transición


Sencillo, ¿verdad? Hubo mucha preocupación en las elecciones generales de 1977, después de la Dictadura, de que todo saliese bien, que ninguna voluntad se malograse por un problema formal. Televisión Española se volcó en la formación política mínima de la que carecían los españoles.

Uno de los temas objeto de evaluación en la prueba PAU es La Transición Democrática. En clase le hemos dedicado bastantes semanas, pero no está de más repasar aquí algunos de los conceptos fundamentales, principalmente aquellos que suscitan má duda.

1. La Transición no tiene una cronología única para la totalidad de los historiadores. Nosotros seguimos la interpretación conforme a la cual su inicio arranca de la muerte de Franco, en noviembre de 1975, y concluye en octubre de 1982 con la victoria del PSOE en las terceras elecciones generales -segundas constitucionales- y el acceso consiguiente de Felipe González a la Presidencia del Gobierno. Si tomamos esta interpretación como referencia, nuestro caso, el periodo se subdivide en cuatro fases: Primer Gobierno de la Monarquía (noviembre de 1975 a julio de 1976), donde ya Juan Carlos I es jefe del estado (conforme a la legalidad franquista) y Arias Navarro sigue de Presidente del Gobierno, quien fracasa en sus planes tímidos de reformismo; Segundo Gobierno de la Monarquía o Gobierno reformista de Adolfo Suárez (julio de 1976-junio de 1977), la fase decisiva de la Transición en la que el Rey sustituye a Arias Navarro por Adolfo Suárez en la Presidencia del Gobierno y ambos, con el apoyo de Fernández Miranda como Presidente de las Cortes Españolas, desmonta el franquismo y de forma acelerada y en parte -sólo en parte- pactada con la oposición democrática se sientan las bases de la convocatoria de las elecciones generales de junio de 1977; Periodo constituyente (junio de 1977-marzo de 1979), ya plenamente democrático y dominado no sólo por la continuidad de Suárez al frente del Gobierno, ahora como máximo dirigente de UCD, sino también por la elaboración y aprobación de la Constitución de 1978; finalmente, Primera legislatura constitucional (marzo de 1979-octubre de 1982), dominada en este caso por la vigencia ya plena de la CE de 1978 y su inicial desarrollo a través de leyes, sigue gobernando UCD, aunque son dos los presidentes del gobierno del periodo, Suárez hasta febreo de 1981, y Calvo Sotelo a partir de ese momento hasta el final del periodo.

2. Discusión alrededor de los conceptos reforma y ruptura. No debemos agotarnos en esta polémica pues ni siquiera entre los historiadores hay acuerdo. Entendemos como reformista la línea defendida por una parte de los franquistas conforme a la cual, muerto Franco, era necesario "reformar" el régimen (especialmente a través de profundos cambios en las Leyes Fundamentales) para llevar el país a un régimen democrático, en esta línea estaba el propio rey Juan Carlos I, y después se significarán por su papel a la cabeza de instituciones del estado, Adolfo Suárez (Presidente del Gobierno) y Fernández Miranda (Presidente de las Cortes Españolas). En cambio, la propuesta de transición de la oposición democrática, recogida en la Plataforma de Convergencia Democrática, en la Junta Democrática, y desde 1976 en la Platajunta, es la ruptura democrática: llegar a la democracia a través de un periodo constituyente que rompa con cualquier vínculo institucional previo con el franquismo. Se constituiría un gobierno provisional que convocaría elecciones generales para unas Cortes constituyentes. ¿Qué sucedió realmente? Realmente las dos cosas, de ahí que muchos hablen de ruptura pactada o reforma pactada, dependiendo del hincapié que se haga en cada uno de los elementos del proceso. Lo cierto es que el Gobierno reformista de Suárez (julio de 1976-junio de 1977) se puede decir que el proceso se impulsó desde la reforma: fueron las propias Cortes franquistas (Cortes Españolas) las que aprobando la Ley para la Reforma Política enmendaban de plano las Leyes Fundamentales anteriores y sentaban las bases de su propio suicidio pues la Ley fijaba las condiciones de celebración de unas elecciones generales democráticas pluripartidistas. Aprobada la Ley para la Reforma Politica, incluso ratificada popularmente en referéndum, lo cierto es que parte del desarrollo previo a la celebración de las elecciones generales de junio de 1977 el Gobierno de Suárez lo pactó con la oposición democrática, principalmente la negociación de los partidos politicos, PCE incluida. Una vez celebradas las elecciones generales de junio de 1977, que no se convocaron con ninguna consideración de constituyentes -o sea, que la tarea de éstas fuese la elaboración de una constitución-, lo cierto es que finalmente adquirieron el papel de tal. Los diputados y los senadores, con el respaldo del Rey, acordaron que esas Cortes Generales, democráticas ya, asumiesen la tarea de elaborar y aprobar una constitución.

3. Al elaborar el ensayo uno de los aspectos que más se descuida son los sociales y económicos. Hacemos muy mal si no los recogemos pues son fundamentales, con independencia de que es el cambio político el que caracteriza el periodo. Desde el punto de vista económico, se vivieron muy de cerca los efectos de la Crisis del petróleo de 1973, que afectó de forma muy profunda a España, país con gran dependencia energética del exterior. Bruscamente cesaron los años de prosperidad del desarrollismo franquista. El paro creció y la inflación se disparó. El primero de los problemas apenas pudo resolverse, hasta muy avanzados los años ochenta. En el caso de la inflación, para su contención, fue decisiva la firma de los denominados Pactos de la Moncloa en 1977, compromiso refrendado por sindicatos (ya de clase), partidos políticos, gobierno y organizaciones empresariales. Desde el punto de vista social es particularmente destacable la liberalización de costumbres que trajo la Transición frente a la rigidez de la Dictadura en temas de moral: se suprimió definitivamente la censura, la legislación rompió con la situación de discriminación de la mujer y acabó legalizándose el divorcio. En el ámbito cultural destacó sobremanera la abierta utilización que ya se podía hacer de las lenguas distintas al castellano, uso social que llegó también al ámbito oficial y educativo.

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